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¿Demasiado mayor para tocar la guitarra?

¿Demasiado mayor para tocar la guitarra?

Hay dos frases que muchas personas se dicen a si mismas respecto a tocar la guitarra. La primera es “¿Por qué no empecé a tocar la guitarra antes?”, y la segunda es “ya soy demasiado mayor para tocar la guitarra”.

Contenido 
El tiempo vuela
El problema de las responsabilidades y del resultado
¿Qué estás dispuesto a sacrificar?
El reto de un mes

Entonces algunas de estas personas acaban tirando la toalla y aconsejando a otros más jóvenes a hacer lo que ellos nunca pudieron hacer: “Aprovecha que eres joven y toca la guitarra”, “estudia que yo no tuve la oportunidad de hacerlo”.

La vida se va volando y se nos acaba el tiempo.

El tiempo vuela

¿ y qué has hecho al respecto? Una de las cosas que más hacemos es ver la televisión y la otra estar pegados al teléfono móvil.

 

 

¿Qué hábito piensas es el mejor de las tres imágenes?

Si el tiempo pasa tan rápido por nuestras vidas, ¿por qué no lo dedicamos en hacer algo que de verdad valga la pena?

Con esto no quiero decir que todos los que lean este post sean adictos al teléfono y a la televisión. Aún así, seguramente haya algo en tu vida que te quite tiempo de hacer lo que de verdad te gusta.

El problema de las responsabilidades y del resultado

  • Las responsabilidades. Estas te ayudan a excusarte de algo que quieres conseguir pero no lo consigues: has tenido un día duro, has discutido con tu pareja, te sientes triste, te duele la pierna, tienes que ordenar la casa y así con más cosas. Entonces  acabas diciéndote a ti mismo: “Soy demasiado mayor para tocar la guitarra”. Pero tranquilo, no eres el único, todos tenemos responsabilidades y problemas.
  • Con el resultado sucede lo mismo. El resultado que quieres conseguir muchas veces implica un esfuerzo. Cuando aprendemos a tocar la guitarra nos fijamos en personas que tocan muy bien y nos gustaría tocar las canciones que a ellos les sale bien, pero nos desanimamos enseguida cuando no conseguimos nuestro objetivo.

Mucha gente cuando ve mis tutoriales dice: No me suena como te suena a ti. Esto sucede porque yo he practicado mucho y porque me gusta lo que hago. Si tu haces lo mismo independientemente de tu edad mejorarás a la larga sin lugar a duda.

¿Qué estás dispuesto a sacrificar?

Míralo de una manera sencilla. De las cosas que sabes que te quitan tiempo, ¿qué estás dispuesto a sacrificar por 20 minutos de tocar la guitarra y aprender más?. ¿Televisión?, ¿teléfono móvil?, ¿estar tirado en el sofá?, ¿ver las noticias que solo hablan de calamidades?

Así cuando mires atrás y hayan pasado 10 años puedas decir: Di lo que pude dar con el instrumento que me gusta. Porque nunca se es demasiado mayor para tocar la guitarra.

Debes hacer aquello que te haga feliz y si te gusta la guitarra ésta te hará feliz.

El reto de un mes

Ahora te invito a un reto: ¿Cuántos minutos/horas vas a sacrificar de aquello que te quite tiempo por tocar la guitarra todos los días durante 1 mes?

¡Deja tu comentario!

Quien escribe sus objetivos es una persona comprometida y una persona comprometida cumple sus metas.

Malos hábitos a evitar al aprender guitarra

Malos hábitos a evitar al aprender guitarra

En esta entrada te quiero hablar de algunos malos hábitos que puedes evitar cuando aprendas a tocar la guitarra. Estos son algunos de los que considero que puedes quitarte de encima.

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1- No tener preparado un sitio para tocar la guitarra
2- No tener una rutina de práctica
3- No reducir la velocidad
4- No practicar por secciones
5- No fijarse en los detalles
6- No practicar nada

1- No tener preparado un sitio para tocar la guitarra

Tener preparado un espacio dónde practicar la guitarra es importantísimo si queremos progresar ya que este pequeño detalle te hará tener en cuenta el instrumento.

Si en cambio tienes la guitarra guardada en la funda o en el armario acabarás olvidándote de ella a no ser de que estés muy motivado.

Por esta razón, prepara una habitación o un pequeño rincón de tu casa para tener tu espacio y así poder dedicarle el tiempo necesario a la práctica del instrumento.

2- No tener una rutina de práctica

Mucho se ha hablado en este blog de la rutina de práctica pero no es mala idea recordarlo. Si tienes una estructura clara de lo que vas a hacer antes de practicar la guitarra tendrás más tiempo para tocar el instrumento.

Si en cambio decides que vas practicar y no sabes por dónde comenzar perderás el rumbo y terminarás pensando en lo que vas a comer al día siguiente.

Por eso, define una estrategia y decide el tiempo que vas a dedicarle al instrumento (5, 10, 20 minutos serán suficientes si apenas comienzas) Empieza por el calentamiento (puedes calentar con estas rutinas de aquí o con los ejercicios de imitación que recomiendo por aquí.)

Después repasa lo que hayas visto en días anteriores y finalmente comienza a aprender despacio los nuevos fragmentos de la canción que estés practicando.

Para más información sobre una rutina de práctica completa puedes visitar este post.

3- No reducir la velocidad

Un hábito muy común entre algunos guitarristas que apenas comienzan a tocar la guitarra es tocar rápido la parte de la canción que ya conocen y cuando llegan al fragmento que aún no han asimilado disminuyen la velocidad drásticamente.

Por ello, recomiendo que toques todo a una velocidad que sirva de unión entre lo que ya te sabes y lo nuevo que aún no te sabes para así pasar de un fragmento a otro con mayor fluidez y asimilándolo más rápido y mejor.

4- No practicar por secciones

Por otra parte, tenemos el mal hábito de no practicar por fragmentos o secciones. Cuando hablamos de secciones podemos incluir pentagramas, compases o frases que tenga la pieza.

Es importante que no caigas en la trampa de tocar todo de pies a cabeza y decirte a ti mismo que ya te lo sabes cuando en verdad no es así. Tú mismo debes conseguir ser exigente con lo que haces si de verdad quieres aprender correctamente.

5- No fijarse en los detalles

No fijarse en los detalles de la partitura o del vídeo que estás viendo es algo común. Cuando tocamos la guitarra hay mucha información que entra en juego.

Es decir, hay tantas cosas en las que fijarse que al final nos olvidamos de otras. Por eso es importante tener paciencia y observar con lupa lo que sucede: mirar la digitación de los dedos, las notas que aparecen, el ritmo, la tonalidad, el ángulo de la mano, los matices de intensidad, y sobre todo, lo que dice el profesor.

6- No practicar nada

De este mal hábito no hay mucho qué decir. No practicar no es un problema realmente ya que si no te interesa la guitarra no practicas y ya está. El problema viene cuando alguien dice que es difícil tocar la guitarra y no practica nada.

¿crees que puedes decir que no sabes tocar, que eres torpe o que aquel profesor no explica bien o que en aquel vídeo no explican bien si solo tocas 5 minutos a la semana mientras estás tumbado en el sofá viendo una película?

Yo pienso que primero tienes que darlo todo y después decidir si de verdad es imposible tocar la guitarra. En definitiva, intenta borrar estos hábitos si tienes alguno y sigue tocando y practicando.

¿Tocar de memoria la guitarra?

¿Tocar de memoria la guitarra?

Hay unas preguntas que suelo recibir mucho y todas ellas hacen referencia a esta misma duda:

  • ¿Debo aprenderme las canciones de memoria?
  • ¿Tengo que saber de memoria la canción X para pasar a la siguiente del curso?
  • ¿Me la tengo que aprender sin mirar el diapasón y de memoria?

Estas preguntas son muy comunes y también comprensibles, debido a que en gran parte, saber algo de memoria es síntoma de que dominamos un tema. No obstante, la música no es comparable con memorizar un discurso o un temario de historia para un examen final. La música es ante todo un lenguaje y lo explico a continuación.

La música como lenguaje

En el aprendizaje de un idioma, por ejemplo el inglés, podemos aprender las reglas gramaticales para aplicarlas en otros contextos. A esto se le llama aprendizaje deductivo, es decir, deducimos lo que se usará en otra construcción gramatical a partir de una regla o fórmula que aprendemos.

En otras palabras, vamos de lo general a lo particular. O memorizamos la regla y la aplicamos.

Por ejemplo: Cuando usamos el presente simple, a la tercera persona del singular, He, she, it, debemos añadir una S al final del verbo.

El opuesto al aprendizaje deductivo, es el inductivo, que ocurre cuando a partir de una situación muy específica, encontramos patrones que se repiten, pero siempre desde un punto de vista práctico. Es decir, vamos de lo particular a lo general.

Por ejemplo si vemos una película o vamos a Londres y escuchamos una frase que la dice todo el mundo. Ahí no te paras a pensar en la gramática de la frase, es decir, la memorizas casi sin querer porque la has escuchado en distintos contexto y ya cuando te la sabes ves que tiene unas reglas gramaticales.

¡El gran problema!

¡¿Y esto qué tendrá que ver?!

El punto conflictivo de alguien que aprende a tocar la guitarra o cualquier otro instrumento es que siempre – o casi siempre – usa el aprendizaje deductivo. Es decir, me aprendo una fórmula o un patrón de escalas, por poner un ejemplo, y con esto ya será suficiente – supuestamente- para poder usarlos en otras situaciones.

“Ya me sé la escala de blues, ahora necesito saberme otra escala distinta”.

Por el lado opuesto, digamos que te gusta mucho Jimi Hendrix y te aprendes casi todos sus solos de guitarra. Un día, decides buscar información sobre la escala de blues y te das cuenta de que lo que toca Hendrix tiene mucho que ver con esa escala que estás aprendiendo.

Consecuentemente, a través de su música, analizando algo particular, has aprendido a formar una escala y el contexto en que se usa. Eso es el aprendizaje inductivo, has ido de lo particular a lo general.

Por esta razón, insisto tanto en tocar solos o canciones de distintos artistas porque es una manera de aprender un lenguaje a través de un guitarrista.

Mirémoslo desde otro ángulo. Imagínate aprender un idioma sólo memorizando palabras:

  • To eat (comer)
  • To drink (beber)
  • To drive (conducir)
  • To sleep (dormir)

Ahí no hay contexto alguno y así será muy difícil aprender un nuevo idioma. Pero si vas a Inglaterra y convives con un inglés que te dice:

Mi perro se come mis calcetines.

Será más probable que retengas ese verbo y que incluso aprendas a decir calcetines en inglés. porque hay más contexto, hay una persona que te lo dice y a lo mejor te lo dice como una anécdota, mientras te bebes una cerveza en un Pub, con música de fondo y mientras te comes una hamburguesa, con lo cual todos tus sentidos han sido estimulados mientras recibías el input de esa frase.

Con la música sucede lo mismo, es mucho más sencillo aprender a tocar la pentatónica menor a través de una canción de BB King (aprendizaje inductivo) que solamente tocando la escala de arriba a abajo (deductivo).

Memorizar o no memorizar, esa es la cuestión

Con lo cual, a la pregunta de si debemos memorizar o no memorizar las canciones que aprendemos, la respuesta es: depende del objetivo.

Tocar para para acumular conocimiento:

En primer lugar, déjame decirte que la gran mayoría de canciones que aprendas de memoria, las vas a olvidar. Solo las recordarás si son extremadamente sencillas, si las tocas regularmente o si han significado mucho para ti sentimentalmente hablando. Es decir, te vas a aprender miles de canciones que si no las repasas, caerán en el olvido.

¿Entonces para qué tocar canciones si no me acordaré de ellas?

Pues por una razón que se llama aprendizaje acumulativo. Todo lo que aprendas en la guitarra no va a ser en vano porque cualquier acorde, patrón de arpegios, etc., tarde o temprano acabarás tocándolo en otro momento. Además, cuantas más cosas nuevas aprendas, más sencillo será aprender piezas musicales mucho más exigentes.

Es un aprendizaje en el que se acumula experiencia, para reconocer caminos que ya has recorrido anteriormente y conectar el nuevo conocimiento con el conocimiento ya adquirido o acumulado.

Memorizar cuando tienes una actuación:

A veces también puede suceder que debemos memorizar una lista de canciones para tocarlas en un concierto, en este caso, la memorización de una pieza musical está motivada por un evento futuro. Con lo cual, sí tiene sentido memorizar una canción a conciencia, es decir, mediante estrategias de aprendizaje y repitiendo mucho.

Cuando el evento pasa, dejas de tocar las canciones y probablemente olvidas la mayoría de las mismas.

Aprender sin memorizar:

El tercer escenario es bastante frecuente. Por ejemplo, cuando haces un curso de guitarra y te estás aprendiendo una pieza musical y no sabes cuándo pasar a la siguiente. Aquí NO tienes que memorizar la canción y tampoco se te pide que no mires el diapasón. Lo único que debes tener presente son estos tres puntos:

  • Poder tocar la pieza musical a una velocidad moderada y que te sientas cómodo pero no relajado.
  • Que la pieza musical suene medianamente bien, con el menor número de notas que trasteen.
  • Que suene alto y claro sin llegar a ser estridente. (Es decir, no rasguear de manera agresiva si tocas acordes o no tirar de las cuerdas con demasiada fuerza si tocas punteo).

Resumen

Recuerda siempre cuál es tu objetivo final. Si yo como profesor pido a mis alumnos que toquen X pieza musical no es porque quiero que la memoricen, es porque veo conveniente y necesario que pasen por ese camino o entrenamiento para poder alcanzar un objetivo.

Es decir, necesito que aprendan a manejarse con ciertos acordes, ritmos o punteos para que lleguen al destino final que quieren: Tocar aquello que más les motiva.

¿Y tú? ¿memorizas las canciones cuando tocas la guitarra? deja tu comentario debajo

¿Cuanto tiempo debes tocar la guitarra para ver resultados?

¿Cuanto tiempo debes tocar la guitarra para ver resultados?

Una de las dudas más frecuentes que me suelen preguntar es cuántas horas se debe tocar la guitarra para ver resultados. Por ello, en esta entrada vamos a responder a esta pregunta que tantas personas tenemos para saber si vale la pena dedicarle tiempo a la guitarra.

Antes de nada…cambia el pensamiento

En primer lugar, la cantidad de horas que hay que tocar para ser un buen guitarrista es obvia. Cuantas más horas toques, mejor habilidad tendrás con el instrumento. Sin embargo, a veces esa habilidad no se materializa de ningún modo aunque toques muchas horas y es por una estrategia incorrecta a la hora de afrontar el material a estudiar.

Por una parte, debemos tener presente que nuestras emociones nos afectan enormemente cuando intentamos mejorar en algo. Lo que dicen los demás, lo que nos decimos a nosotros mismos, nuestra pereza, indecisión, aburrimiento, etc. Si todas estas cuestiones las llevamos a la sala de práctica, ahí es donde nos encontramos con un freno, con una maleta que pesa mucho y no nos deja dar el siguiente paso.

Por ello, en primera instancia, debemos deshacernos de todo aquel peso y proseguir solo con lo más objetivo que podemos encontrar en nuestro espacio de práctica: una guitarra, el material que vamos a usar (partituras, canciones, ejercicios) y nosotros mismos, con una buena predisposición para aprender.

En otras palabras, nuestra mente debe estar en blanco y el foco de atención debe posarse en lo que se va a aprender fuera de lo que pasa dentro de nuestras mentes. Debemos ser un canal entre lo que está escrito y lo que debe sonar en el instrumento. Es decir, somos el motor que hace posible que la música suene.

Por ello debemos poner toda nuestra energía en ese objetivo y cómo no, mediante la estrategia adecuada. Cuando dejamos de pensar en lo tristes, abatidos, cansados y desanimados que estamos, en definitiva, cualquier distracción mental, es cuando podemos pensar en la calidad o cantidad de horas que debemos tocar.

Calidad vs. cantidad

Por una parte, cabe decir que ambas cosas no son excluyentes. Tú puedes ser un gran concertista que practica 6 horas al día (cantidad) y además tener un repertorio largo, que si no fuera por la calidad de práctica, jamás conseguirías tenerlo preparado.

Sin embargo, hay personas que abusan de la cantidad de tiempo empleado y además sin calidad. ¿En qué se traduce esto? Pues en muchos instantes de pensamientos que no tienen que ver con la guitarra, momentos en los que te pones a tocar y piensas en lo que vas a cenar, en lo que te han dicho en el trabajo, en que tienes que llamar a tu amiga para felicitarla por su cumpleaños, etc. Entonces, ha pasado una hora y crees que has tocado la guitarra pero no es así.

Luego te preguntas: ¿Cómo es que no mejoro si practico todas estas horas y tantos días? La respuesta está en la calidad de tu tiempo invertido.

El tiempo es relativo a la persona

“¿Cuánto tiempo me recomiendas practicar al día ?”, esta es la pregunta del millón. Pues, depende de los objetivos que tengas, del tiempo que lleves tocando, de tu disponibilidad, de tus ganas. No se puede decir a todos por igual que se debe practicar 2 horas al día.

Una persona que comienza a tocar y solo quiere aprender unas canciones sencillas o tocar para amigos, no tendrá que practicar lo mismo que alguien que está siguiendo un programa de un conservatorio para hacer una prueba de acceso. Los objetivos son completamente distintos.

Lo primero que hay que hacer es formar un hábito. Este se empieza a desarrollar de manera paulatina, tocando solamente cinco minutos al día. Si consigues tocar esta cantidad de tiempo todos los días, deberás verlo como un logro.

Por supuesto, sin las distracciones que comentábamos arriba. Es decir, cuando nos sentamos a tocar es para sentarnos a tocar, nada de pensar en las musarañas.

Míralo de esta manera: 5 minutos al día son 35 minutos a la semana, 2,3 horas al mes, 27,6 horas al año. Esto ya es un número considerable de horas que habrás tocado la guitarra y siempre pensando en la calidad.

Incluso vas a llegar a tocar más porque nadie aguanta tocando 5 minutos al día durante un año si se comienzan a ver resultados. Lo normal es que esto se transforme en media hora al día o una hora día sí, día no.

Más días vs. más horas

Por esta razón, no es lo mismo tocar 3 horas cada semana los sábados por la mañana que tocar 6 días entre semana, media hora cada día. Como ves, es la misma cantidad de horas pero la persona que toque 6 días aprenderá más rápido porque tendrá más tiempo para repasar y asimilar.

Por eso, olvídate de los atracones de tres horas sin estrategia alguna, es extremadamente difícil mantener la concentración durante tanto tiempo. Menos tiempo es mejor cuando está más repartido entre la semana.

Evita lesiones

Otro tema preocupante es el de las lesiones, mucha gente tiene dolores en el hombro, espalda, muñeca, dedos, por tocar demasiado. Aquí quiero remarcar que es esencial calentar al principio de cada sesión y además descansar si vamos a tocar más de una hora. Finalmente, si ves que sientes molestia en alguna articulación, deja de tocar inmediatamente y descansa.

Conclusiones

Sé más constante en tu aprendizaje, reparte mejor el tiempo y busca la calidad y no la cantidad. Recuerda que no todos tenemos el mismo objetivo, lo fundamental es que te lo pases bien. Al principio se sufre con dolores, callos, cansancio mental, las cejillas o los ritmos, no obstante si no desistes encontrarás tu recompensa y gratificación.

¿Y tú cuál es tu horario de práctica a la semana? Déjalo en los comentarios